Commentary: Safe for Whom?
The White House’s recent declaration to deny asylum to those who travel through another country before arriving to the U.S. blocks the possibilities and dreams of safety for any immigrant crossing Mexico (and potentially Guatemala). In order to enforce this declaration, the U.S. would need to have “Safe Third Country” agreements with Mexico and Guatemala. Currently, the U.S. only has this type of agreement with Canada.
In the 1951 Convention on the Treatment of Refugees, many European countries entered these collaborative agreements to atone for their past failures to provide refuge to those fleeing the Holocaust. Governments were also trying to prepare for people trying to escape the spread of Communism during the Cold War. This collaborative approach was intended to provide protection for those in fear of persecution.
However, the U.S. government, which views immigrants as a threat, does not have the same purpose in mind. President Trump’s recent declaration attempts to move the border further south and to prevent the arrival to U.S. of those people he has dehumanized.
According to Susan Gzesh from Just Security, “A Safe Third Country must provide safety, security, and due process for asylum seekers.” The notion that Mexico and Guatemala are “safe” countries to Central Americans or immigrants from Africa and the Caribbean, among others, is ludicrous. Guatemala has a recent legacy of indigenous genocide. The Mexican parents of the 43 disappeared students from the Ayotzinapa Rural Teachers’ College in 2014 are still chanting “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”—“You took them alive; we want them back alive.” Mass graves full of immigrants have been found in Mexico in recent years.
Even 35 years ago when I was crossing Mexico to get to the U.S., we were scared of the Mexican authorities. When the group I was traveling with was caught by the federal Mexican police, all 20 of us were put in a jail cell for an entire day. After we bribed them, they had connections with smugglers, who treated us as hostages until we were able to cross the U.S. border.
We can continue citing Matthew 25:44-45 and calling fellow Christians to see Jesus on the faces of terrified desperate immigrants, but it does not seem to click as if this image is too remote to register in our hearts. We can only hope we will realize and accept that their humanity is as valuable as ours, and that we will understand that this earth is vast and rich and not only the property of the wealthy and powerful. Our call to love justice and act mercifully is now.
A recent development on this: “A federal judge on Wednesday blocked the Trump administration from enforcing new asylum restrictions for immigrants at the U.S.-Mexico border, marking the latest defeat for a president waging an all-out battle in the courts to stop the flow of migrants into the country.”
Las Vegas – Review Journal
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País Seguro ¿Para Quién?
Escrito por Rev. Rhina Ramos
La Casa Blanca anuncio recientemente que negará asilo a lxs inmigrantes que pasen por otro país antes de llegar a los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU). Este anuncio detiene las posibilidades y los sueños de obtener seguridad para cualquier inmigrante que cruza México (y también Guatemala). Para poder llevar acabo esta nueva regla migratoria, los EEUU deben tener acuerdos de colaboración que se conocen como “Un Tercer País Seguro” con México y Guatemala. En el presente, los EEUU solo tienen este acuerdo en pie con Canadá.
En 1951, La Convención del Trato para Refugiados, hizo que muchos países europeos firmaran este tipo de acuerdos como forma de reconocer su fracaso de refugiar a personas que huían del Holocausto. También los gobiernos se estaban preparando para auxiliar a las personas huyendo de la expansión del comunismo durante la Guerra Fría. Estos tipos de acuerdo estaban destinados a dar protección a aquellxs que tenían miedo de persecución en su país de origen.
Sin embargo, el gobierno Estadunidense que ve a los inmigrantes como una amenaza no tiene la intención de que estos acuerdos protejan a nadie. La declaración de el Presidente Trump es solamente una manera de hacer que la frontera se mueva aun mas hacia el sur y así prevenir la llegada a los EEUU de las personas que él mismo ha deshumanizado.
La reportera de “Solamente Seguridad” Susan Gzech declara que “Un Tercer País Seguro debe de proveer seguridad y un proceso legal debido a las personas buscando asilo.” Es ridículo pensar que México y Guatemala pueden ser “Un Tercer País Seguro” para Centro Americanos, inmigrantes de Africa y el Caribe. Guatemala tiene un legado reciente de genocidio indígena. En México, los padres y madres de 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela de Profesores de Ayotzinapa en el 2014 aun claman “Vivos se los llevaron, Vivos los queremos.” En años recientes se han encontrado fosas comunes con restos de inmigrantes en México.
Incluso hace 35 años cuando yo cruzaba por México para llegar a EEUU, nuestro grupo tenia un gran temor de las autoridades mexicanas. Cuando la policía federal atrapo al grupo con el que yo viajaba, pusieron a 20 personas en una celda y pasamos allí todo el día, hasta que les sobornamos y nos soltaron a una red de coyotes que ellos conocían. Esta red nos mantuvo cautivos hasta que logramos pasar la frontera de EEUU.
Podemos citar los versos bíblicos de Mateo 25:44-45 instando a que lxs cristianxs veamos el rostro de Jesús en las caras desesperadas de lxs inmigrantes, pero esto no parece tener ningún efecto en concientizar a algunas personas, es como si esta imagen es muy remota para registrarse en sus corazones. Solo podemos esperar que lleguemos al punto donde entendamos que su humanidad es tan valiosa como la nuestra. Ese momento en que entendamos que la tierra es vasta y rica de recursos, y que no es la propiedad de los ricos y los poderosos. Nuestra llamado a la justicia y la misericordia es ahora mismo.
Lo más reciente acerca de esta nueva regla migratoria es que: “un juez federal ha bloqueado a la administración del Presidente Trump de implementar estas nuevas restricciones para que lxs inmigrantes pidan asilo en la frontera. Derrotando así la lucha a toda costa del presidente de parar el flujo de inmigrantes que llega al país”
Las Vegas – Review Journal
The Rev. Rhina Ramos is National Coordinator for Proyecto Encuentros for the United Church of Christ.
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