¡Ven, oh Jesucristo, la Luz!
Liturgia y cantico para el encendido de las velas de adviento
Para ser usado durante los cuatro domingos de adviento, nochebuena, y/o el día de navidad
Una de las tradiciones más vivas de adviento, tanto para la congregación como para la familia, es el
encendido de las velas de adviento. La tradición nos llega desde los tiempos pre-cristianos del norte
de Europa. Durante los días más oscuros del invierno, encendían hasta veinticuatro velas puestas sobre
una rueda cubierta de abeto, sobre una guirnalda o corona. Al encerder una vela cada día marcaban el tiempo anticipando así el retorno de la luz del sol y el calor. Durante los años 1500’s, los luteranos y los católicos adaptaron la guirnalda o corona de adviento como una forma de devoción para preparar la venida de Cristo, la luz del mundo.
Hoy día la guirnalda o corona de adviento usualmente está cubierta de las hojas de la planta que se conoce como abeto, colocada sobre una mesa, suspendida del techo o de un arco. Sobre la guirnalda o corona se
colocan cuatro velas (usualmente de color azul o morado; en ocasiones una es rosada)–cada vela representa
una semana diferente durante el tiempo de adviento. Con frecuencia una vela blanca es colocada o colgada en
el centro de la guirnalda.
La guirnalda de adviento tiene varios simbolismos y son interpretados de varias maneras. La rueda cubierta de abeto nos recuerda a la familia cristiana las eternas y renovadaras promesas de Cristo. Con el encendido de las velas se purifica la temporada y nos enseña lo profundo que debe ser nuestra preparación y la luz del Cristo que resplandece aún más durante la navidad. Los colores de las velas varian. Por lo general son moradas o azul, mostrando así la espera de la realeza, liberación, redención y esperanza durante esta temporada. Ocasionalmente, una vela rosada es encendida el tercer domingo de adviento. Esta representa un cambio de temas bíblicos durante adviento. Los primeros dos domingos se enfocan en la profecía bíblica que nos habla sobre el futuro y retorno de Cristo, y el tercer y cuarto domingo las lecturas se enfocan en la venida de Jesús, el Cristo. El tercer domingo, tradicionalmente, recuerda el llamado que Juan el Bautista hace al arrepiento, y el cuarto domingo hace un recuento del llamado de Dios a María y la fiel respuesta de ella. El tercer domingo ha sido identificado en algunas tradiciones como un día de alegría y regocijo. Finalmente, la vela colocada en el centro de la guirnalda es encendida durante la nochebuena o el día de navidad. La luz de Cristo está presente en su totalidad. Ha nacido Jesús.
Al encencer las velas de adviento, la siguiente letanía puede enriquecer la sagrada preparación. Aunque está diseñada para ser usada con las lecturas del leccionario del año A, los temas pueden ser usados durante cualquier año. Use la letanía antes o después de una comida en el hogar, después de cantar el himno de apertura, o antes de la lectura bíblica durante un culto congregacional. Invite a una persona o a una familia a encencer la vela y a leer la letanía. Podría ser sugerido que la persona o familia comparta sus propias reflecciones sobre adviento. Esta reflección puede provenir de un niño o de una niña, un joven o una joven, o de cualquier persona adulta. Luego, la familia o la congregación responden con una oración y cantando palabras nuevas a la tonada de un Viejo villancico francés (ver himno número 70, “Calle todo ser humano,” en el Himnario Unido). Puede repetir una parte de la melodía cada domingo y cantarla completa el día de nochebuena o navidad. (Este villancico puede ser sustituido por el villancico de su preferencia.)
Otra opción para esta liturgia es el “Proceso para Encender las Velas de Adviento” que se encuentra en el Libro de Adoración: Iglesia Unida de Cristo, página 169-177. (Este libro no está traducido al español. Se conoce en ingles como Book of Worship: United Church of Christ). En lugar de utilizar las lecturas del leccionario como una fuente para desarrollar los temas, el proceso del encendido de las velas presentado en el libro citado nos acerca a los temas de esperanza, paz, amor, gozo y buenas nuevas.
PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO (Enfoque: Isaías 64:1-9)
Lector/a 1: Oh Dios, encendemos la primera vela de adviento.
(Un miembro de la familia enciende la primera vela.)
Lector/a 2: La encendemos con esperanza y anhelamos
que vengas a nuestro mundo y reines
con compasión, justicia y paz.
(Opción): Recordamos tiempos en los que anhelamos
que Dios este en nuestro medio, con esta congregación y
con este mundo. Recordamos. . . (una persona o personas de la familia
describe una ocasión en la cual se ha orado para que Dios regrese, sane o traiga paz).
Lector/a 1: El profeta Isaías también lloró y clamó a Dios
para que abriera los cielos y bajara a la tierra
y exhortó al pueblo de Dios para que hicieran lo correcto.
Isaías les llamó para que fuesen transformados y transformadas por Dios,
el alfarero, como la arcilla.
Clamemos a Dios durante este tiempo de adviento.
Cong.: Dios de todo poder, creador del mundo, quita todo aquello que nos mantiene lejos de ti.
Suplicamos tu mesericordia y que nos transformes a tu imagen.
Visítanos con tu justicia, amor y paz durante este tiempo de adviento. Amén.
Cong. (Canta): Brilla, oh Dios de justicia;
Guíanos a través de la noche;
Crea tu luz en nosotros (nosotras);
Ven, oh Jesucristo, la Luz.
SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO (Enfoque: Isaías 40:1-11)
Lector/a 1: Oh Dios, encendemos la segunda vela de adviento.
(Con la primera vela encendida, un miembro de la familia enciende la segunda vela.)
Lector/a 2: Buscamos nos confortes. Ven con todo el poder y
la ternura y prepara nuestros corazones
para ser transformados por ti.
(Opción): Hemos buscado a un Dios tierno y de todo poder. Recordamos. . . (un miembro o miembros de una familia describen momentos en los cuales buscaron el poder y la ternura de Dios.)
Lector/a 1: Isaías anunció la venida de Dios
a un pueblo sediento y desterrado en el desierto.
Les declaró que la redención de Dios sería una avenida
en el desierto y cambiaría los lugares asperos por lugares hermosos.
Les anunció que Dios vendría como pastor–
alimentando, guíando y protegiendo al rebaño cansado.
Durante este tiempo de adviento buscamos a un Dios semejante.
Cong.: Dios salvador, mira a tu mundo, sana tu tierra y a tu gente.
Preparanos para ser transformados y transformadas.
Durante este tiempo de adviento enséñanos a ser tiernos y tiernas
y a ser solamente como eres tu. Amén.
Cong. (Canta): Brilla, oh Dios de justicia;
Guíanos a través de la noche;
Crea tu luz en nosotros (nosotras);
Ven, oh Jesucristo, la Luz.
TERCER DOMINGO DE ADVIENTO (Enfoque: Juan 1:6-8, 8-11)
Lector/a 1: Encendemos la tercera vela de adviento.
(Con las primeras dos velas encendidas, un miembro de la familia enciende la tercera vela.)
Lector/a 2: Observamos a Juan, aquel que tu enviaste,
para que nos señale tu luz.
La luz vendrá y alumbrará a todo el mundo.
(Opción): Conocemos a personas que nos han retado y nos han llamado para que estemos en la luz de Dios. De la misma manera que Juan, fueron llamados para prepararnos para una fe más profunda. Recordamos . . . (un miembro o los miembros de la familia describen personas que les han impactado y a la misma vez les han llamado a tener una fe más profunda y, en muchas ocasiones, una fe retadora).
Lector/a 1: Dios envió a Juan el Bautista a preparar a la gente
para la venida de Juscristo, la luz verdadera del mundo.
Juan llamó a las gentes al arrepentimiento de sus pecados
y a que vivieran fielmente.
Juan bautizó con el agua purificadora y proclamó
la nueva vida que Cristo vendría a traer.
Durante este tiempo de adviento pedimos la misericordia de Dios
y un nuevo y gozozo comienzo.
Cong.: Dios misericordioso,
te damos gracias por haber enviado mensajeros
como Juan para llamarnos a una fe más profunda.
Te pedimos que durante estos días nos preparemos
para ti en oración y en actos de divina compasión.
Perdónanos y guíanos a tu luz. Amén.
Cong. (Canta): Brilla, oh Dios de justicia;
Guíanos a través de la noche;
Crea tu luz en nosotros (nosotras);
Ven, oh Jesucristo, la Luz.
CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO (Enfoque: Lucas 1:26–38)
Lector/a 1: Oh Dios, encendemos la cuarta vela de adviento.
(Con las primeras tres velas encendidas, un miembro de la familia enciende la cuarta vela).
Lector/a 2: Escuchamos al ángel Gabriel y testificamos la fe de María.
Llénanos con tu gracia y con tu luz.
(Opción): Recordamos los momentos en los cuales hemos luchado,
pero hemos dicho “Sí.” Sabemos de momentos cuando Dios nos ha llenado y ha llenado
al mundo con bendiciones. Recordamos . . . (un miembro o miembros de la familia describe un momento de gran gozo cuando, aunque este momento comenzó con lucha, Dios llenó la situación con esperanza, amor o paz.)
Lector/a 1: María era una mujer espiritual y llena de fortaleza.
Aunque su vida no fue fácil, escuchó la voz de Dios y dijo “Sí.”
Su canción fue una oración que levantaría a oprimidos y a oprimidas.
Las líricas hacian añicos el orgullo y llamaban al mundo a hacer un cambio.
Jesús, el niño prometido, la luz del mundo,
sería engendrado en María.
Durante este tiempo de adviento,
igual que María, respondemos a las señales que Dios nos da.
Cong.: Dios revelador, visítanos y llénanos con tu Espíritu.
Trae a nuestro medio las buenas nuevas de vida.
Danos valor para llevar tu luz en medio
de las injusticias y sombras de este mundo. Amén.
Cong. (Canta): Brilla, oh Dios de justicia;
Guíanos a través de la noche;
Crea tu luz en nosotros (nosotras);
Ven, oh Jesucristo, la Luz.
NOCHEBUENA O NAVIDAD (Enfoque: Isaías 9:2-7, Lucas 2:1-14, o Juan 1:1-14)
Lector/a 1: ¡Regocíjense, gente de Dios!
¡La luz ha venido a este mundo!
(Un miembro de la familia enciende las cuatro velas.)
¡Oh Dios, ahora encendemos la vela que simboliza tu nacimiento!
(Con todas las velas encendidas, un miembro de la familia enciende la vela blanca colocada en el centro de la corona o guirnalda, la vela que simboliza Cristo.)
Lector/a 2: Ven a nosotros y a nosotras con la compañía del cielo
y con sonidos de gran gozo.
Este es el momento de luz y gozo resplandeciente.
(Opción): Hemos conocido momentos cuando Dios ha venido y ha traido vida y luz a nuestro mundo. Dios ha nacido entre nosotros y nosotras. Recordamos . . . (un miembro o miembros de una familia describe el momento, durante navidad u otro tiempo, cuando Dios ha sido revelado a la familia, a la iglesia, a la comunidad, o al mundo).
Lector/a 1: El profeta Isaías proclamó un tiempo
cuando aquellos que caminaron en las sombras verían una gran luz.
Una luz brillaría y un niño nos nacería.
Lucas, el evangelista, pinto el cielo con la natividad
y repitió la canción celestial de los ángeles,
“¡Gloria, paz en la tierra y buena voluntad!”
Juan declaró que esta gran luz es Cristo,
la Palabra hecha carne.
Esta gran luz vive entre nosotros y nosotras.
Por medio de esa luz vemos la gloria de Dios
–luz verdadera y llena de gracia.
Nos regocijamos por el nacimiento de Cristo.
Cong. : Dios, nuestra luz y vida, gracias te damos por haber venido
a nosotros y a nosotras esta noche (o día).
Gracias por tocar los cielos y la tierra con tu esplendor.
Brilla con tu paz y tu gracia en cada rincón del mundo
y en cada rincón de nuestros corazones. Amén.
Cong. (Canta): Brilla, oh Dios de justicia;
Guíanos a través de la noche;
Crea tu luz en nosotros (nosotras);
Ven, oh Jesucristo, la Luz.
¡Gloria sea a Dios; y en la tierra paz!
¡Cristo nace! Aleluya!
NOTA: Use esta versión durante los cuatro domingos de adviento. La página siguiente puede ser usada durante el día de nochebuena y/o navidad. Esta parte será usada en el programa para ser leída por la congregación. La parte que se usa como acompañamiento está en una hoja separada.
Este servicio fue preparado por Dámaris Vélez, Sidney D. Fowler, ministro para la adoración, liturgia y formación spiritual, 2000-2005; y Arthur Clyde, ministro para la adoración, música y artes litúrgicos 2000-2005.
Derechos reservados 2002. Ministerios de la Iglesia Local, Iglesia Unida de Cristo, Cleveland. Se otorga permiso para reproducir o adaptar este material para ser usado en el culto de adoración o para la educación de la iglesia. Todos los derechos de publicación son reservados. Diseñado e imprimido por el departamento de Recursos de la Iglesia Unida de Cristo, Ministerios de la Iglesia Local.
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